Una moneda de ¡ay!
Hace muchos años, un rey bastante rico llamado Francisco, tenía un esclavo medio tonto, llamado Rodrigo.
Un día común y corriente, el rey Francisco le pidió al esclavo medio tonto que vaya al supermercado y que compre uvas y una moneda de ¡ay!. El esclavo obedeció. Cuando pagó las uvas, era todo normal. Pero cuando le pidió una moneda de ¡ay!, todos se reían de él. Cuando se dio cuenta de que el rey le había jugado una broma, compró unas ortigas, cuyas flores que tienen espinas. Y se fue al castillo. Cuando llegó, el rey exclamó tímidamente:
- Y, ¿compraste lo que te pedí?.
- Sí, claro – Contestó el esclavo.
Y el rey dudoso metió la mano en la bolsa y gritó:
- ¡Ay!
Entonces, el esclavo dijo:
- Abajo están las uvas.
Ian Waisblat
17-07-2008
Hace muchos años, un rey bastante rico llamado Francisco, tenía un esclavo medio tonto, llamado Rodrigo.
Un día común y corriente, el rey Francisco le pidió al esclavo medio tonto que vaya al supermercado y que compre uvas y una moneda de ¡ay!. El esclavo obedeció. Cuando pagó las uvas, era todo normal. Pero cuando le pidió una moneda de ¡ay!, todos se reían de él. Cuando se dio cuenta de que el rey le había jugado una broma, compró unas ortigas, cuyas flores que tienen espinas. Y se fue al castillo. Cuando llegó, el rey exclamó tímidamente:
- Y, ¿compraste lo que te pedí?.
- Sí, claro – Contestó el esclavo.
Y el rey dudoso metió la mano en la bolsa y gritó:
- ¡Ay!
Entonces, el esclavo dijo:
- Abajo están las uvas.
Ian Waisblat
17-07-2008